Adelántate.
Quiero encontrar tu sueño
bocabajo sobre la cama
vestido solamente
de sábanas.
Yo podría disfrazarme
de ciego para mirarte impune
y quizás hasta te leería
en braile la piel.
Quiero jugar al caracol
para pintar de baba tu columna
y al panadero para amasarte
o como un niño que lame un durazno
para sentir su terciopelo
y lo muerde contento
con tiernos dientes.
Después te abriré
como quien parte una manzana
con las manos
para hundir mi lengua
en el rincón más angosto
de la zona más ancha
de tu silueta.
Al final,
quiero encajarme ahí,
poco a poco,
despacito,
hasta sentirme atrapado,
apretado,
palpitante en tu interior,
rodeado de tu cueva,
prisionero de tu culo,
devorado por tus nalgas.
Seguramente haría de nosotros
dos péndulos en colisión constante
y miraría las olas que corren
por tu carne carcelera
hasta que sientas
cómo me convulsiono en tu caverna
y escupo mi semilla
en tu tierra infértil.
Adelántate
esta noche quiero analizarte
y hacerte el amor
en sentido contrario.
Quiero encontrar tu sueño
bocabajo sobre la cama
vestido solamente
de sábanas.
Yo podría disfrazarme
de ciego para mirarte impune
y quizás hasta te leería
en braile la piel.
Quiero jugar al caracol
para pintar de baba tu columna
y al panadero para amasarte
o como un niño que lame un durazno
para sentir su terciopelo
y lo muerde contento
con tiernos dientes.
Después te abriré
como quien parte una manzana
con las manos
para hundir mi lengua
en el rincón más angosto
de la zona más ancha
de tu silueta.
Al final,
quiero encajarme ahí,
poco a poco,
despacito,
hasta sentirme atrapado,
apretado,
palpitante en tu interior,
rodeado de tu cueva,
prisionero de tu culo,
devorado por tus nalgas.
Seguramente haría de nosotros
dos péndulos en colisión constante
y miraría las olas que corren
por tu carne carcelera
hasta que sientas
cómo me convulsiono en tu caverna
y escupo mi semilla
en tu tierra infértil.
Adelántate
esta noche quiero analizarte
y hacerte el amor
en sentido contrario.