viernes, 25 de abril de 2008

Despertador

Embarro gotitas de sol en tus pestañas
para borras las chinguiñas
que sembró la noche fría
que escondimos fuera de tu cuarto.

Con mis labios,
pego en tu frente
estampitas en forma de corazón
y te garabateo cosquillas junto al ombligo.

Te jalo los brazos y las piernas
como estirándote,
como si en verdad quisiera que crecieras
y te soplo los buenos días en la oreja.

A veces sonríes
y yo te shusheo acurrucándonos,
te dejo dormir un poquito más
y a los ocho minutos
te embarro gotitas de sol en las pestañas,
repitiendo todo mi juego,
No sea que un día te estires demasiado
y quieras cambiar de despertador.

1 comentario:

Nicanor Arenas Bermejo, palabrista dijo...

-¿Es una adivinanza, Ian?
-Sí, sí.
-¿Y la respuesta?
-Nuestro poetoide se convirtió en el viento cálido de una mañana de abril, un viento de brazos dorados y lengua tibia, viento de palabreante esplendor.
-¿Seguro?