No
le vi
la lengua
...
Le vi sus ojos,
sus manos,
su sonrisa,
el cuello,
los huesitos de la cadera
las nalgas,
y el ombligo.
Pero...
...no le vi la lengua...
...y mira que se me antoja...
¿Bailaba?
Temblaba.
¿De frío?
De miedo.
Aunque...
Sus pezones me gritaban
debajo de su blusa,
parecían querer
rasgarla,
morderla,
romperla,
dejar de besarla
para salir
a saludarme
...
No sé
si lloraban de frío
o sudaban de calor,
pero gritaban
y yo,
sordo
como soy,
no les entendí
...
No supe si querían
que les cobijara el frío
o les bebiera el fuego
...
Ante la duda me detuve
y ella me desdudó
dudando.
Le di
muchos
besos
de celofán
en la boca
y ella se untó
otros tantos
en el labios.
Buscó en la bolsa trasera
de su pantalón hippie-vaquero
los besos que le había dejado
colgados
en las pestañas
y en los aretes.
Besos tramposos
y tan bien entrenados
que se
e
s
c
u
r
r
e
n
de sus lóbulos
a sus labios,
de sus ojos
a sus senos
y de su pantalón (mmm)
a su vulva,
luego vuelven a la bolsa.
Yo saqué su mano
con mi mano
y me la puse
como muñeco guiñol,
como títere transa
y comencé a acariciarla toda
con sus manos.
Tocamos sus nalgas,
agarramos sus caderas
apretamos sus pechos
y con los dedos
meñique
y anular
mordimos sus pezones
antes de penetrar
su ombligo
con el cordial,
antes de permitirme
besarse
nuestras manos
con sus muslos.
Y
yo
le daba besos
de celofán
en el cuello.
Y
ella,
sucia de sus manos
y mis caricias,
tomó un baño
y me olvidó...
Pero sé
que a veces me recuerda,
o a mis besos,
se llevó mis besos más sabrosos,
mis caricias más cachondas
en la bolsa trasera
de su pantalón
...
Debe utilizarnos
cuando tiene frío
o calor
o sed
o soledad
o simplemente
cuando quiere
recordar
aquel día
en que no le vi la lengua
...
...y mira que se me antoja...
Evolo
2 comentarios:
Saluditos como siempre, me acordé de aquel asunto de los rengloncitos:
No le vi la lengua....
Le vi sus ojos, sus manos, su sonrisa, las nalgas, el cuello, los huesitos de la cadera y el ombligo.
Pero... no le vi la lengua...
...y mira que se me antoja...
¿Bailaba? Temblaba. ¿De frío? De miedo.
Aunque...
Sus pezones me gritaban debajo de su blusa, parecían querer rasgarla,
morderla, romperla, dejar de besarla para salir a saludarme
...
No sé si lloraban de frío o sudaban de calor, pero gritaban y yo, sordo
como soy, no les entendí...
No supe si querían que les cobijara el frío o les bebiera el fuego...
Ante la duda me detuve y ella me desdudó dudando.
Le di muchos besos de papel en los boca y ella se untó otros tantos
en el labios.
Buscó en la bolsa trasera de su pantalón hippie-vaquero los besos húmedos que le había dejado colgados en las pestañas y en los aretes.
Besos traviesos y tan bien entrenados que se escurren de sus ojos a sus labios, de sus orejas
a sus senos y de su pantalón
a su vulva, luego vuelven a la bolsa.
Yo saqué su mano con mi mano y me la puse como muñeco guiñol, como títere transa y comencé a acariciarla toda con sus manos.
Tocamos sus nalgas, agarramos su cadera, apretamos sus pechos y con los dedos meñique y anular mordimos sus pezones antes de penetrar su ombligo con el cordial, antes de permitirme besarse nuestras manos
con sus muslos.
Y yo le daba besos de papel en el cuello.
Y ella, sucia de sus manos y mis caricias, tomó un baño y me olvidó...
Pero sé que a veces me recuerda, o a mis besos, me robó unos besos
de los más húmedos y vibrantes,
se llevó mis caricias más impuras e indecentes en la bolsa trasera de su pantalón
...
Debe utilizarnos cuando tiene frío
o calor o sed o soledad o simplemente cuando quiere recordar
aquel día en que no le vi la lengua
...
...y mira que se me antoja...
Ahí si no estoy de acuerdo, verás, la cadencia de Nolevilalengua está muy marcada por los rengloncitos, si checas el audio ke está en Maizpeiz lo puedes comprobar.
Además, ese texto tiene otro formato ke no le pude dar en blogger (de hecho sólo se lo he podido dar en word y en los libracos de la Tortillería.
Pero no me creas nada, checa el audio y me dices si es lo mismo.
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